noviembre 18, 2018

La alegría como camino a la felicidad.

La alegría es una emoción básica, universal, que lo que hace es incrementar la capacidad de disfrutar, de generar actitudes positivas hacia las situaciones que vivimos y las personas con las que convivimos.

Nos ayuda a relacionarnos y a desarrollar la empatía. A nivel individual, nos proporciona energía y actitudes como curiosidad o motivación por las cosas.

Pero como todos sabemos, no es la única emoción que sentimos, aunque sí la que más expresamos. Parece que socialmente, debemos ser felices y estar alegres. Cuando nos preguntan “¿qué tal todo?”, nadie se espera una contestación distinta a: “Todo bien”.

Debemos entender que es imposible estar contentos siempre. La tristeza, el enfado o el miedo deben estar presentes en nuestra vida. Si nuestro estado emocional fue constantemente alegre, Viviríamos en una euforia permanente que nos traería situaciones complicadas.

Además, parece que la sociedad nos impone que debemos ser felices y estar en constante búsqueda de la felicidad.

Pero… ¿Qué es la felicidad? La felicidad no es una meta, no es un estado duradero y para siempre, sino que es instantáneo, está en las pequeñas cosas y en los momentos más simples. Está en ser consciente de lo que tenemos durante una llamada, un café con los amigos, está en un baile… Al fin y al cabo, en momentos en los que reina la alegría y nada fuera de este momento importa. La felicidad no es más que una actitud.

Por eso, insistimos en que no te centres en alcanzar la felicidad, porque te darás cuenta que la felicidad, más que la meta, son las paradas en el camino.

Disfruta de esos buenos momentos siendo conscientes de ellos, no los des por hecho.

No te obsesiones con parecer feliz y céntrate es serlo.

Eso es felicidad.

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